Después de su regreso triunfal hace cuatro años, los chicos rebeldes, los bad boys, los pibes malosos, o como los conozcas, están de vuelta con una cuarta entrega de la franquicia iniciada por Michael Bay en 1995. Lejos de cansar al público general, Will Smith y Martin Lawrenceestán demostrando que la nostalgia está más viva que nunca y que las jóvenes estrellas de Hollywood parecen quedarse más en la profundidad de las redes sociales que en la memoria colectiva del público que asiste a las salas de cine.
La cuarta entrega de Bad Boys sigue a los detectives Mike Lowrey y Marcus Burnett mientras investigan la corrupción dentro de la policía de Miami. Su difunto capitán, Conrad Howard, es acusado póstumamente de estar involucrado con la mafia rumana, pero un montaje convierte a los detectives en fugitivos, lo que los obliga a trabajar fuera de la ley para resolver el caso. Bilall Fallah y Adil El Arbi regresan como directores, con Will Smith, Martin Lawrence, Vanessa Hudgens, Paola Núñez, Alexander Ludwig, John Salley, Jacob Scipio, Dennis Greene y Joe Pantoliano retomando sus papeles de la película anterior. Eric Dane, Ioan Gruffudd, Rhea Seehorn, Tasha Smith, Tiffany Haddish y Melanie Liburd se unen al elenco.
Han pasado meses, quizás años, desde el final de ‘Bad Boys: Para Siempre’. Nos encontramos con nuestros Bad Boys a bordo del precioso Porsche 911 de Mike, viajando a toda velocidad por las calles de Miami hacia lo que asumimos es un evento importante para ambos. La secuencia continúa y vemos más desarrollada la pequeña escena de la tienda del primer avance, con Mike actuando como el nutricionista de Marcus y el primer (de muchos) disparo de la película, todo esto para llegar al evento crucial: la boda de Mike Lowrey. Un evento canónico que ya en la película anterior había dejado pistas con el tira y afloja entre Mike y Rita, que no llevaba a nada, pero que quizás, tras sobrevivir a la muerte y ver la muerte de su adorado capitán Howard, haya hecho reflexionar a nuestro Bad Boy.
Escribir extensamente sobre Bad Boys tiene tanto sentido como la duración de ‘Ambulance’ de Michael Bay: ninguno. Aun así, en lugar de criticar severamente el trabajo en ‘Bad Boys: Hasta la Muerte’, hay algo que rescato y es que esta película y la anterior logran hablar de algo bueno para su público objetivo; la crisis de la mediana edad. No es un secreto que ‘Bad Boys’ es un reflejo de ‘Bad Boys: Para Siempre’, y que el personaje de Will Smith es el punto más alto en ambas (sin hacer menos el gran trabajo de Lawrence en dichas películas). Del mismo modo, ‘Bad Boys II’ se refleja en ‘Bad Boys: Hasta la Muerte’, con el personaje de Lawrence destacándose en ambas. Esto convierte a ‘Bad Boys: Para Siempre’ y ‘Bad Boys: Hasta la Muerte’ en espejos de uno de los aspectos más destacados de la crisis de la mediana edad: el miedo a la muerte.
Es cierto que estoy revelando quizá el segundo spoiler de la película en menos de tres párrafos, pero creo que merece la pena debido al punto más alto para la crítica profesional y el público en general: la química entre nuestros protagonistas. Después de llegar a la boda y de presentarnos a la hija del Capitán Howard (interpretada por la adorada Kim Wexler, también conocida como Rhea Seehorn) y a la nieta (interpretada por Quinn Hemphill), nuestro Bad Boy favorito sufre un paro cardiaco que lo deja en el hospital algunos días. Al salir del hospital tras enfrentarse a la muerte de cerca (similar a Smith en la tercera parte), Marcus emerge transformado y más libre que nunca. En unas breves escenas, nos muestra una cara similar a la que experimentamos en la tercera parte, solo que al revés y con Lawrence desatado por completo.
En la tercera parte, después del tiroteo que sufre Mike, Marcus adopta una postura más seria y pacífica, evitando la violencia. No es hasta la muerte del CapitánHoward que su actitud cambia gradualmente y decide volver a disparar un arma tras casi una hora de película. Mientras tanto, Mike se sumerge en la venganza y la búsqueda de la verdad, debido a la pérdida de su imbatibilidad que tenía en las dos entregas anteriores. En esta cuarta entrega, las cosas son al revés. Después de estar cerca de la muerte, Marcus se siente invencible (se cruza una calle sin ver y nadie lo atropella, en dicha escena tenemos un cameo muy esperado por servidor, el de Michael Bay) y adopta la intensidad de Mike en la tercera parte. En cambio, Mike comienza a sentir el peso de la edad y sufre ataques de pánico, sintiendo la necesidad de preocuparse por todo y tener a todos cerca (algo que, irónicamente, solo ocurre en el primer acto y regresa en la batalla final como un chiste).
El gran problema de estas dos entregas de Bilall Fallah y Adil El Arbi radica en su tendencia a proponer ideas interesantes, pero truncarlas a la mitad al caer en los estereotipos del género y enfocarse excesivamente en la acción para evitar que la audiencia se estrese con demasiado drama “innecesario”. No lo digo como algo totalmente negativo, ya que logran utilizarlo en su beneficio. Aunque en ocasiones el exceso de estos estereotipos puede frustrar el ritmo de la película, la química entre nuestros dos protagonistas logra sostenerla. Otra cosa que la película hace mal es la incursión de los personajes secundarios. Las apariciones de algunos son menores que en la pasada y las de otros más, pero al igual que en la pasada, carecen de la profundidad que la historia quiere aparentar, lo que provoca que en verdad nos importen poco, por más relevancia que tengan en el trayecto final de la película. Quizás el personaje mejor planteado y, sobre todo, más importante para la trama central y el desarrollo de Mike, sea Armando (Jacob Scipio), pero su arco de redención es más genérico que las peleas en Twitter sobre si Glen Powell es el nuevo Armie Hammer, pero con talento.
Para ir finalizando, debo decir que aunque Smith y Lawrence son los MVP de la película, me gustaría destacar el trabajo de Bilall Fallah y Adil El Arbitras bambalinas. Aunque siguen respetando la esencia de la franquicia, en esta cuarta entrega se nota que estuvieron más cómodos, pudieron proponer más y la razón por la que el acto final es tan entretenido y dinámico es gracias a ellos. Espero que sigan mejorando y que, en el futuro, salgan de esta franquicia para probar cosas nuevas y refrescantes, aunque no todo sea perfecto. Finalmente, me gustaría mencionar que Reggie (Dennis Greene) es oficialmente el personaje con el mejor desarrollo, y espero que tenga más tiempo en una hipotética quinta película.
‘Bad Boys: Hasta la Muerte‘ podría no ser la película que los críticos estén deseosos de ver, ni la que la audiencia en general merezca en términos estrictos de calidad de historia. Sin embargo, es el tipo de película que los cines necesitan en este momento. Con su diversión, protagonistas encantadores y visuales dignos de ver en la pantalla grande, ‘Bad Boys 4‘ ofrece una experiencia que justifica la compra de un boleto de cine en lugar de esperar a que llegue a una plataforma de streaming. Martin Lawrence brilla una vez más, recordándonos que su talento sigue intacto y vigente.
Calificación final:
‘Bad Boys: Hasta la Muerte‘ llego a los cines el pasado 6 de Junio. ¡Vivan las tomas de dron!
Arturo Matehuala es el fundador y Jefe en Redacción de El Saber Del Todo. Fanático de los blockbusters y consumidor bestial de las series, mantiene a flote a toda la comunidad sabelotoda, desde su bello SLP.