'Wonka' Review: Un viaje dulce, pero sin el encanto original

‘Wonka‘, bajo la dirección de Paul King y con Timothée Chalamet en el papel principal, nos lleva en un viaje hacia los primeros días del enigmático chocolatero Willy Wonka. A pesar de la prometedora premisa, la película se debate entre su deseo de explorar la historia de origen del personaje y la dificultad de ofrecer una justificación clara para su existencia. La pregunta fundamental persiste: ¿realmente necesitábamos conocer más sobre Willy Wonka?

Sally Hawkins, Olivia Colman, Calah Lane, Hugh Grant, Keegan-Michael Key, Paterson Joseph, Matt Lucas, Mathew Baynto, Rowan Atkinson, Jim Carter, Tom Davis, Natasha Rothwell, Rich Fulcher, acompañan a Timothée Chalamet en el reparto principal. La película es coescrita por Paul King y Simon Farnaby y cuenta con la banda sonora de Joby Talbot (Sing). Alexandra Derbyshire, Luke Kelly y David Heyman son los productores.

La interpretación de Chalamet como Wonka, aunque técnicamente competente, no logra escapar de las críticas recurrentes que le acusan de ofrecer actuaciones similares en cada papel. La película parece perder parte de la esencia misteriosa y encantadora que caracterizó al personaje en sus encarnaciones anteriores, desmoronando un poco del misticismo que siempre rodeó al dueño de la fábrica de chocolates. En medio de este desafío, Hugh Grant emerge como uno de los puntos brillantes de la película al dar vida al Oompa Loompa.

Sus momentos en pantalla aportan vitalidad y un toque de humor que, en algunos casos, supera la interpretación del propio Wonka. Las canciones y las referencias a la versión cinematográfica de 1971, protagonizada por Gene Wilder, son como puentes nostálgicos que conectan a los espectadores con el encanto original de la historia. En cuanto a la producción visual, ‘Wonka‘ destaca por su impresionante escenografía y las dinámicas coreografías que aportan un elemento distintivo al musical.

Aunque las canciones no logran alcanzar el estatus de icónicas, el equipo detrás de la película ha puesto un énfasis notable en la presentación visual, creando mundos coloridos y caprichosos que capturan la esencia del universo de Willy Wonka. Los detalles meticulosos y los números musicales reflejan un esfuerzo por ofrecer una experiencia visualmente atractiva, contribuyendo al disfrute de la película incluso cuando la trama puede flaquear en ciertos aspectos.

A pesar de estos elementos positivos, ‘Wonka‘ no logra escapar del sentimiento general de que podría haber ofrecido más. La película juega de manera segura en lugar de aventurarse en territorios desconocidos que podrían haber enriquecido la mitología de Willy Wonka. La sencillez y la falta de una narrativa más ambiciosa podrían haber sido deliberadas para no desviarse demasiado de la versión clásica, pero, al mismo tiempo, deja a los espectadores con la sensación de que se perdió la oportunidad de explorar capas más profundas del personaje.

La adaptación de King sigue una curva narrativa que va de menos a más, revelando su encanto de manera gradual. Aunque la película comienza de manera un tanto tibia, especialmente en la exploración inicial de los orígenes de Wonka, se transforma en una versión más encantadora y dulce a medida que avanza. No es sino hasta el tercer acto que la trama realmente se desarrolla y explora con mayor profundidad las capas del personaje principal. Este enfoque escalonado, aunque podría haberse beneficiado de un desarrollo más uniforme, agrega un toque de intriga que eventualmente lleva a la película a su clímax más vibrante y emocional, ofreciendo un viaje que, aunque tarda en despegar, culmina en un despliegue visual y emocionalmente gratificante.

En conclusión, ‘Wonka‘ es un viaje dulce pero con un sabor agridulce. Aunque tiene sus momentos y destellos de brillantez, la película no logra replicar completamente el encanto original que hizo de Willy Wonka un personaje atemporal. Atrás queda la magia inimitable de las adaptacione anteriores, y esta versión, aunque entretenida, se queda un poco corta al compararla con la rica historia del chocolatero excéntrico que conocemos y amamos. No, este chocolate no se me antojó.