‘Ghostbusters: Afterlife’ Review – Un viaje al pasado muy interesante.
Atención: Está review puede contener spoilers mínimos de la película.
En una época plagada de remakes y secuelas de los grandes clásicos del cine, Jason Reitman le hace honor al material original y nos regala una película emocionante y divertida, que nos da un viaje al pasado de manera linda y ordenada.
Lejos del bodorrio de Paul Feig en 2016, en esa especie de reboot-tributo y con el objetivo de reivindicar y actualizar el hito de los Cazafantasmas, Reitman pone en escena a la generación Z a la cabeza, ¿Logro que valga la pena o solo es pura nostalgia?…
¿Vale la pena?
Fue hace 32 años cuando vimos al Peter, Ray, Winston y Egon, vencer a Vigo y salvar al mundo por 2° ocasión y de 1989 viajamos a 2021 y nos centramos en Callie una madre soltera y sus dos hijos (Trevor y Phoebe) se ven obligados a mudarse a una decadente granja que les dejó su difunto abuelo en Summerville, Oklahoma.
En el lugar ambos niños empiezan a descubrir las cosas del abuelo y se empiezan a incursionar en la historia detrás de los inexplicables terremotos, hasta que descubren el pasado de su abuelo e inicia la gran aventura. Si bien la película falla en sintetizar la introducción en algo más breve, una vez que pase ese bache la cinta avanza rápido y seguro.
Si bien la historia puede sentirse como un Strangers Things o cualquier clásico de Spielberg en los 80′ o 90′, todo el material es sacado en su totalidad de las primeras dos películas y eso se nota en la frescura y lo divertida que es. Un material que si bien no niega sus influencias en las cosas mencionadas, denota mucho su principal influencia y eso agrada como fan de la franquicia.
Y es que de alguna manera, se siente como Jason Reitman se puso en los pies de Phoebe y sus experiencias en el set de Ghostbusters II, le ayudaron a descubrir su pasado y el cómo su papá hizo esas cintas, para traernos esta adaptación que como lo dijo en una entrevista ‘Esto es un asunto de familia’ y vaya que queda claro. Tal cual es una carta de amor al trabajo y legado de su padre, con la franquicia.
#Nostalgia
Aplicando la misma fórmula de Disney, Reitman desde la secuencia inicial nos da vistazos a artefactos de los cazafantasmas originales que nos empiezan a conectar con la audiencia de maneras indescriptible. Puedo decir que el ver los objetos en la casa de Egon Spengler, generaron emoción y breves gritos en la sala de cine, especialmente en la aparición de ECTO-1.
Pero vamos a hablar del cameo de nuestros Cazafantasmas originales, que si bien a algunos se les puede hacer absurdo la manera que aparecen a mí me ha gustado demasiado. Ellos llegan a la batalla final en contra de una irreconocible Olivia Wilde como Gozer y empiezan a ayudarle a Phoebe y compañía.
En el clímax de la batalla, cuando todo parecía perdido llega el lindo homenaje a Harold Ramis muy similar a lo observado en Star Wars IX con Leia y Luke y junto a su nieta Phoebe y sus amigos ayudan a atrapar a Gozer y por fin acabar con la gran amenaza.
Es una participación de unos 5 o 7 min, sin embargo, es gloriosa y es un momento donde la sala explota por la emoción. Que si bien se puede considerar un Fan-Service, no creo que llegue a ser eso por lo explicado en el punto anterior y lo que significa la franquicia para la familia Reitman.
Nota: No voy a negar que la participación de los pequeños hombrecitos Malvavisco, es un total Fan-Service, pero al igual que la participación de los Cazafantasmas funciona y da risa, especialmente el genocidio en Walmart.
Los personajes
El mayor acierto de la película fue el no centrar la película en un grupo, sino en 2 niños (Phoebe y Podcast) donde a través de su mirada vemos dos puntos de vista; Los creyentes y los no creyentes, algo que ayuda a que uno como audiencia se logre identificar con alguna de las partes y la historia empiece a fluir.
Si bien Phoebe y Podcast son el alma y corazón de la película, tenemos por su parte a los adolescentes encarnados por Finn Wolfhard (Trevor) y Celeste O’Connor (Interés amoroso de Trevor), que de alguna manera representan a ese sector de público que no está encariñado con la franquicia y gracias a los sucesos, es metido en este mundo y logran tener aprecio a la cinta.
Y por último tenemos a los adultos, Carrie Coon (Callie) y Paul Rudd (Mr. Grooberson), que son un paralelismo de Phoebe y Podcast, desde una perspectiva del mito y realidad de los Fantasmas y que cierra todo el círculo de la premisa de la película, ‘La Familia unida‘.
Conclusión
Si bien como toda película tiene sus errores, Ghostbusters: Afterlife tiene algo que Disney ha logrado muy poco en sus producciones live-action… Alma, mucho carisma y sobre todo mucho corazón dentro y fuera de la pantalla. Que se ve reflejado en la atención al detalle y con ello logra regalarnos una historia interesante, llena de grandes momentos de risa y nos da un viaje al pasado con grandes cameos, que hacen que el precio del boleto valga la pena.
Posdata: La película a manera de burla, tiene 2 escenas pos-créditos que no aportan nada, pero nos regalan el cameo de Sigourney Weaver (Dana) y a Winston resguardando el ECTO-1.
Ghostbusters: After Life
Dirigida por: Jason Reitman
Escrita por: Jason Reitman y Gil Kenan.
Protagonizada por: Mckenna Grace, Finn Wolfhard, Paul Rudd, Carrie Coon, Logan Kim, Bill Murray, Dan Aykroyd, Ernie Hudson y Harold Ramis (QEPD).
Fotografía por: Eric Steelberg.
Música por: Rob Simonsen.
Producida por: Jason Reitman y Ivan Reitman.