‘Vivir’ Review – El peso del legado.
En una era llena de remakes y reinvenciones de los géneros y situaciones a las que Hollywood nos tenía acostumbrados durante muchos años, llega otro remake a la gran pantalla. ‘Vivir‘ de Oliver Hermanus (Shirley Adams, Skoonheid, The Endless River y Moffie).
El cineasta sudafricano, pone en sus hombros el peso el rehacer ‘Ikuru‘ una de la película más notables de la historia del cine y de la filmografía del legendario cineasta japonés Akira Kurosawa, pero ¿Realmente lo logra o solo es otro remake que pasara la historia? Bueno, continúa leyendo para averiguarlo…
‘Vivir’ es protagonizada por el nominado al premio Oscar, Bill Nighy (Piratas del Caribe) y coprotagonizada por la revelación de la pantalla chica Aimee Lou Wood (Sex Education), Alex Sharp (The Trial Of The Seven Of Chicago), Tom Burke (Mank, The Wonder) y Adrian Rawlins (Harry Potter). Producida por Elizabeth Karlsen (Carol) y escrita por el ganador del Premio Nobel de Literatura, Kazuo Ishiguro.
El legado.
Si hay algo claro a la hora de tomar el reto de rehacer una película que es considerada por el 99.9% de la comunidad cinéfila como una obra maestra, es que en definitiva estás loco y necesitas ayuda. Y es que con tantos remakes que existen hoy en día, la opinión sobre ellos se ha generalizado tanto por la comunidad cinéfila, que solo los repudian y en muchas ocasiones no toman en cuenta, ese pequeño porcentaje de cosas buenas que puede traer esa nueva adaptación a la cultura cinematográfica actual, independientemente de su calidad.
Y si, no estoy defendiendo la mala calidad en el cine, ya que aquí todos somos espectadores e independientemente si perteneces a la comunidad cinéfila o no, es un hecho que queremos ver películas de calidad, que te transporten a un mundo ficticio por un ratito y que logres conectar con la historia, para sacar una reflexión de ella, que te inspire a cambiar tu mundo y así resuelvas tus problemas y en ‘Vivir‘ daremos un viaje por uno de los problemas más comunes hoy en día, ‘LA MONOTONÍA‘.
En ‘Vivir‘ nos transportamos a los años 50’, después de la Segunda Guerra Mundial. Y seguimos la vida del Sr. Williams (Bill Nighy), un viudo y veterano funcionario enterrado bajo el papeleo de la oficina del departamento de concesión de obras públicas del London County Hall, que se toma muy en serio la reconstrucción del país. Al recibir un demoledor diagnóstico médico, vacía su cuenta de ahorros y se dirige a la costa. Se promete hacer de sus últimos días un tiempo significativo, pero se percata de que no sabe cómo hacerlo.
Después de que un misterioso desconocido lo lleve a la ciudad, Williams se siente intrigado por una joven compañera de trabajo que parece poseer la vitalidad que él había perdido. Con su ayuda, en las pocas semanas que le quedan, intenta llevar a cabo un proyecto que ama y construir un parque infantil en medio de las ruinas de un barrio bombardeado. ¿Les suena a algo? Pues sí, es casi imposible aceptar que tiene bastantes similitudes con nuestra actualidad.
¿La diferencia? Bueno, nosotros no estamos muriendo y solo somos un país/continente/planeta en reconstrucción, tras una fuerte pandemia mundial que acabo con la vida de muchas personas. Y eso es una de las cosas buenas que veo yo de los remakes, esa sensación de que la película logre adaptarse al contexto social actual con analogías y evitando ser totalmente literario, para así darle un propósito y un cierto aire de frescura a la obra.
Bill Nighy logra una interpretación sutil, pero que resalta por los manierismos y la atención al detalle sobre el comportamiento de un “caballero londinense”, como el personaje se autodenomina. Actuación que solo aporta al mayor acierto de la cinta, siendo esta la ambientación. La cual es lograda con una fotografía que podría haber salido de una película británica en los 60′ (Toda la película, desde la tipografía en los creditos trata de hacerte sentir que estás viendo una película realizada en esta época), excelente vestuario y un buen uso de la edición y lenguaje cinematográfico para hacer que este mundo se sienta vivo solo por las imágenes y composición.
Todo acompañado de bellos paisajes sonoros, ya sea con la música, el sonido de la ambientación o simplemente el viento, mientras el personaje principal piensa sobre la vida, ¿O la muerte?. Aunque la adaptación acierta y logra transmitir un buen desarrollo de personaje y un buen desarrollo emocional, está muy lejos de la original. Siendo esta ambientación la única diferencia rescatable.
Podrá sentirse como pérdida de tiempo para los que han visto la original, pero creo que el público general y cualquiera que no este familiarizado con el clásico de Kurosawa, podrá encontrar mucho que disfrutar aquí.