‘Rebel Moon – Parte 1 y Parte 2’ – Un frustrante viaje a la mente de Zack Snyder
Las películas de Zack Snyder son un gusto adquirido. No puedo decir que sus proyectos sean para todo el mundo, mucho menos que sean realizados con esa intención. Conforme hace más películas se vuelve más claro que Snyder realiza sus producciones para audiencias de una sola persona: él mismo. Tal es el caso de ‘Rebel Moon – Parte 1: La niña del fuego’ y ‘Rebel Moon – Parte 2: La guerrera que deja marca’, películas que originan una hipotética saga de ciencia ficción creada y supervisada por el director estadounidense. O al menos eso es lo que uno esperaba en un principio, pero estos filmes para Netflix distan mucho de ser un producto final que satisfaga en su totalidad a fanáticos del director y se asemejan demasiado a aquellos cortes teatrales que el director estadounidense suele renegar al momento de sacar a la luz las versiones del director.
Esto no quiere decir que las películas carezcan de la visión de Snyder. ¿Buscan las características cinematográficas del director de películas como ‘Batman vs Superman: El origen de la justicia’ (2016), ‘Sucker Punch: Mundo surreal’ (2011) y ‘El ejército de los muertos’ (2021)? Lo tienes todo aquí. Personajes reacios sobre su rol como protagonistas de la historia, una fotografía que se dedica a replicar los visuales similares a una revista ‘Heavy Metal’ o de un cómic sobre crear un consistente lenguaje cinematográfico, escenas de acción que terminan siendo una cacofonía visual donde tantas cosas suceden en tan poco tiempo que solo se pueden registrar un par de imágenes (generalmente acompañadas por un excesivo uso de la cámara lenta) y una historia que es un pastiche de diferentes narrativas que a Snyder le fascinan.
¿Acaso no suena como algo tan sencillo y complicado a la vez? Ese es un problema que precede a todas las películas de Snyder donde, de una manera u otra, las películas se complican, incluso cuando no deberían. Ya sea tener una cantidad excesiva de tramas y subtramas, manejar un número extenso de personajes principales que terminan subdesarrollados o dedicar más tiempo a superficialidades visuales sobre darle un significado a esas imágenes mostradas en pantalla. Aunque en este punto de su carrera, es difícil esperar algo distinto del director, quien vea sus películas sabe a lo que se enfrenta. Yo no sabía a lo que me enfrentaba cuando vi por primera vez ‘Rebel Moon’. Me encontré con un director con control completo de su producción, eso es lo menos que puedo decir, pero igual me encontré con una visión que opaca cada decisión creativa.
En muchas maneras, esta película es solo ‘Star Wars’ más ‘Siete samuráis’ a través del filtro que sería la visión de Zack Snyder. Las cosas pasan exactamente como uno esperaría en la mayoría de los casos en una historia como esta, tomando en cuenta los textos base, y cuando no lo hacen, lo que uno espera que sea un oasis en el desierto, termina siendo un espejismo. Cada uno de nuestros protagonistas es un arquetipo, un general de guerra renegado, un príncipe renegado, unos soldados revolucionarios, unos granjeros con un gran corazón y ganas de defender su hogar, una guerrera con un pasado oscuro que busca redención; nada de esto es original y los guionistas (el mismo director más Kurth Johnstan y Shay Hatten) hacen un intento por inyectarle algo más a los personajes alrededor de dos películas (¡cuatro horas!), pero no logran decir mucho en todo ese tiempo.
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Durante su estadía con DC, el director construyó su universo de superhéroes como Superman, Batman y la Mujer Maravilla como una parábola Arturiana, con Superman como una figura representativa del Rey Arturo, aquel que uniría a todo un reino con su valía y proezas y Batman estaba destinado a ser su Lancelot, con Lois Lane como Lady María (elementos como la traición de Bruce Wayne y su amorío con Lane es mencionada en el bosquejo de los planes originales para el DCEU). Con ‘Rebel Moon’, parece que el director busca acercarse de nuevo a algo como ‘300’, figuras heroicas de antaño, héroes estoicos que logran hazañas de leyenda, aquellos que responden al llamado de la batalla y que darían su vida antes que rendirse.
He mencionado a los personajes y cómo son tratados, pero varios elementos de la trama también reflejan ese interés tan peculiar del director. En ‘La chica del fuego’, encontramos escenas que muestran a los personajes en acción, luchando contra arañas espaciales, domando hipogrifos espaciales y enfrentándose a soldados imperiales… espaciales. El factor “cool” es lo más importante y lo que más resalta en estos momentos. Por otro lado, en ‘La guerrera que deja marca’, vemos a un Snyder más centrado en el trabajo de los héroes una vez que están con los granjeros; la cámara lenta se utiliza para mostrar sus cuerpos sudorosos, atléticos y musculosos mientras aran el campo, plantan semillas y cargan con trigo, mostrando nobleza a través de su labor entre momentos heroicos.
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Estos personajes son, ante todo, hombres y mujeres de la tierra, realizando tareas que los conectan con su humanidad y su comunidad. Estas características se reflejan en varios personajes de la filmografía de Snyder, como los espartanos, los sobrevivientes en ‘El amanecer de los muertos’ e incluso los superhéroes como Superman y Doctor Manhattan, quienes se caracterizan por su conflicto entre su deidad y su humanidad. Sin embargo, lamentablemente, elementos temáticos como estos no salvan a ‘Rebel Moon’ de ser una experiencia insufrible.
Probablemente uno de los peores errores en la carrera de Zack Snyder ha sido la de volverse su propio director de fotografía. Mientras ‘El ejército de los muertos’ se sintió como un experimento interesante – su campo fuera de foco con los personajes casi siempre hablando en primer plano me pareció un experimento interesante para presentar su ceguera ante el acto suicida que es entrar a Las Vegas zombificadas para robar una bóveda; su manera de integrar el maquillaje de los zombis y efectos visuales igual me pareció muy efectivo –, con estas dos películas nos encontramos con alguien con astigmatismo que solo dedica una reflexión visual para el momento, pero nunca para después (el factor “cool” en su mayor expresión).
La estética de este mundo espacial se caracteriza por tonos grises, marrones, naranjas y negros. La fotografía explora este mundo con una visión demasiado limitada, lo que resulta en un valor visual donde lo que más destaca son las tomas generadas completamente por efectos visuales hechos en computadora. Se echa mucho de menos el trabajo de Larry Fong, quien colaboró con Snyder en películas como ‘300’, ‘Watchmen: Los vigilantes’, ‘Sucker Punch: Mundo surreal’ y ‘Batman vs Superman: El origen de la justicia’, las cuales al menos se pueden decir que lucían más interesantes que contemplar un desierto secándose.
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‘Rebel Moon – Parte 1: La niña del fuego‘ y ‘Rebel Moon – Parte 2: La guerrera que deja marca‘ son un par de películas que, en su intento por volar y crear un universo cinematográfico, se desgarran ambas alas y terminan varadas con los pies en la tierra. Las películas parecen buscar la redención de Zack Snyder tras el descalabro que fue Liga de la justicia (Joss Whedon Zack Snyder, 2017) al darle un control creativo total del filme al fungir como director, productor, guionista y director de fotografía, pero ambos proyectos terminan hundiendo a Snyder en un mundo corroído y sin oportunidad de redención. Con una dirección que carece de claridad, personajes que funcionan solo en parte y una historia que solo provoca que el espectador piense en mejores películas que estas, Rebel Moon es como una zona radioactiva, aquel que entre que lo haga ante su propio riesgo.
Calificación final: 1/2
‘Rebel Moon – Parte 1: La niña del fuego‘ y ‘Rebel Moon – Parte 2: La guerrera que deja marca‘ se transmiten en exclusiva en Netflix.