‘Black Box Diaries’ (Sundance 2024) – Reseña: investigando tu propio crimen
“La violación es el asesinato del alma”, dice Shiori Ito, directora y protagonista del documental Black Box Diaries. La frase demoledora no forma parte de un testimonio ni de una conferencia ni de una arenga callejera. Es dicha en la sala de juntas de una oficina mientras la autora revisa por última ocasión el libro que ha escrito sobre sus experiencias. De alguna forma, la banalidad del entorno no parece que corresponda con las palabras dichas, pero sirve, como el resto de este largometraje documental, para darle voz a una víctima de violencia sexual, para documentar tanto su lucha judicial como social y psicológica.
Black Box Diaries está hecho en primera persona y recopila años de grabaciones secretas y subrepticias realizadas por Ito durante la investigación de su caso, el cual fue desechado por la policía de Tokyo. Su atacante, un periodista veterano de la Tokyo Broadcasting Service, logró mantener el caso a raya gracias a su cercanía con el entonces primer ministro Shinzo Abe (asesinado en la calle por un arma de fuego improvisada en 2022). Ito persigue las pistas con la ayuda de uno de los investigadores de su caso, quien la ayuda indirectamente después de que es removido del caso, llegando a la conclusión de que es esta cercanía la que le impide obtener justicia.
Desde occidente tendemos a idealizar a la nación nipona, los frikis por su abundante producción cultural y artística y los demás por la amabilidad y disciplina de sus habitantes, todos haciéndose de la vista gorda de su rancio conservadurismo y cultura nacional misógina. Por ejemplo, se considera como un escándalo que Ito decida llevar al caso de su violación a la luz pública porque las mujeres que así lo hacen nunca pueden sacudirse el epíteto de víctima de violación, además de que (al igual que en occidente), invitan a propios y extraños a opinar sobre sus vidas privadas.
El caso de Ito además señala lo arcaico de las leyes japonesas sobre asuntos de violencia sexual, que se valen de un código redactado hace más de 110 años según el cual las evidencias materiales son necesarias para formular un caso de violación. La corrupción que demuestra la película es palpable en el hecho de que las grabaciones comenzaron como una forma de dejar un testimonio en la eventualidad de que este periodista cercano a Abe la mandara asesinar. Sí, tienen animé y Pokémon, pero también tienen un problema muy fuerte (y muy familiar para nosotros los latinoamericanos) de injusticia e impunidad. El caso de Ito y su actuación en la esfera pública llegan entonces a sacudir la conciencia de la nación unos meses antes del movimiento #MeToo.
Black Box Diaries es el testimonio de una lucha por la justicia, pero, ante todo, de una lucha por la dignidad de las víctimas. La lucha de Ito comienza en la soledad de su departamento acompañada de sus amigos, pero concluye con el apoyo multitudinario de mujeres interesadas en ver un cambio en el sistema. La forma en la que ella sale adelante con nada más que su determinación para obtener justicia y termina con un movimiento nacional de las víctimas de violencia sexual en Japón es una imagen poderosísima. Ito, directora, autora, periodista y víctima, articula con claridad y honestidad brutal este relato autobiográfico de una gran injusticia. Mención aparte a la editora Ema Ryan Yamazaki por condensar 7 años y más de 400 horas de video en apenas 103 minutos.
Calificación final:
Black Box Diaries tuvo su gran estreno el pasado 20 de Enero en el Festival de Sundance, donde compite en la sección: Competencia Mundial De Documentales De Cine.