‘Ultraman: El Ascenso’ – Una aventura de acción y crecimiento personal
Dentro de la infinidad de estrenos animados en la plataforma de la etiqueta roja, conocida por muchos como Netflix, esta semana llega a sus servidores ‘Ultraman: El Ascenso‘, la nueva coproducción de Tsuburaya Productions y Netflix Animation sobre el popular personaje creado por el genio de los efectos especiales, Eiji Tsuburaya, en 1966. En ‘Ultraman: El Ascenso‘ seguimos la vida de Ken Sato, un famoso pero egoísta jugador de béisbol que lleva una vida secreta como el superhéroe gigante Ultraman. Ken se ve obligado a equilibrar su carrera y sus deberes de héroe mientras adopta a regañadientes a un bebé kaiju después de derrotar a su madre.
No es un secreto que los ejecutivos de Netflix han convertido al estudio en un refugio para proyectos descartados por otros grandes estudios de animación. Prueba de ello son películas como ‘Nimona‘ y ‘Spellbound‘, y ‘Ultraman: El Ascenso‘ no es la excepción. La película comenzó como una idea original de la directora Shannon Tindle, mientras trabajaba en ‘Mansión Foster para amigos imaginarios‘ a mediados de los 2000. Tiempo después, Tindle trabajó en Sony Pictures Animation, donde escribió un guion y creó arte para la película, pero el proyecto no siguió su curso. Tras dejar Sony y unirse a Netflix Animation para crear, escribir y producir la serie híbrida de acción en vivo/animación ‘Lost Ollie‘ en 2022, pudo finalmente presentar su idea y obtener luz verde, logrando así concretar su gran sueño.
Tal como si fuera el prólogo de ‘Godzilla X Kong: El Nuevo Imperio‘, ‘Ultraman: El Ascenso‘ comienza con un breve montaje narrado por nuestro protagonista, Ken Sato, para presentarnos a Ultraman y a los “monstruos del armario”, los Kaiju. Este montaje tiene un único objetivo: cautivar a los más pequeños con grandes explosiones, calles destruidas, colores vibrantes y monstruos amenos que se asemejan a personajes populares actuales. Tras el montaje, la película nos ubica en Odaiba, Japón, y nos presenta a un joven Ken Sato y sus padres, el Profesor Sato (Gedde Watanabe) y Mina (Tamlyn Tomita), para luego revelarnos que el Profesor Sato es Ultraman. La escena culmina con el héroe preparándose para una batalla, vista a través de los ojos de su hijo y su esposa, antes de fundirse a negro.
Se dice que es malo mentir por convivir, así que seré sincero y confirmaré lo que todos pudimos apreciar en el primer avance de la cinta: la película trata sobre Ken Sato y sus problemas con su padre. Hay una frase que el Profesor Sato menciona en la escena inicial, la cual se repite a la vista de todos pero pasa desapercibida: “Mantener el equilibrio“. Y vaya que la película lo logra. Tras el prólogo, la historia avanza 20 años en el futuro y conocemos finalmente a nuestro protagonista. Ken Sato es ahora un joven alto, atlético y musculoso jugador de béisbol, quien ha vuelto a su tierra natal para asumir el manto de Ultraman. Luego de una breve presentación de su vida como beisbolista, Sato entra en acción como el héroe de las mil caras. En una clara referencia al Monsterverse, Ultraman lucha en las calles de Japón contra un Kaiju que se asemeja mucho a Godzilla, en una batalla con una escala de destrucción que recuerda a la pelea entre Godzilla y Kong en Hong Kong. Durante la lucha, vemos que Sato es impulsivo, necio y soberbio; le importa más el qué dirán que cuántas vidas puede salvar.
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Y esa soberbia no es solo como Ultraman, ya que Ken Sato se comporta de la misma manera en su vida laboral y personal. Sin embargo, por dentro se siente más solo que un niño en su cuarto después de ser regañado por sus padres. Ken extraña a su madre, algo que la película se abstiene de decir explícitamente o mostrar visualmente, pero se insinúa que está relacionado con el Profesor Sato. Esto hace que la audiencia adulta comience a cuestionarse un sinfín de cosas que, francamente, la película no quiere abordar. Este es el punto más débil del film: las preguntas que deja sin respuesta. Aunque no todas son necesarias, sí dejan una sensación de incompletitud.
La película avanza y, dado que las generaciones actuales necesitan que la acción sea tan puntual como los oficinistas saliendo de la oficina un viernes por la tarde, se presenta otra gran secuencia de acción, donde Ultraman se enfrenta al bebé Kaiju visto en los avances. Una de las preguntas que queda sin respuesta al principio de la película es el año en que está ambientada, pero algo notorio es el avance tecnológico. Tal vez el exceso de tragedias vividas en Japón ha hecho que la sociedad avance y no quiera depender del héroe que los ha defendido por años. Así, han formado una organización para eliminar todas las amenazas Kaiju, sin excepción alguna. Aunque esta organización no tiene mucho tiempo en pantalla, funciona como la red clandestina detrás del Alinol en ‘Cars 2‘.
Ya establecido nuestro personaje y sus problemas internos, el conflicto central y sus complicaciones, y el “villano” a vencer, la película se regodea un poco en los clichés del coming-of-age y empieza a revelar todas las inseguridades de Sato sobre su niñez y cómo estas le están afectando en el cuidado del bebé Kaiju. Esta sección de la película, que cubre gran parte del segundo acto, es disfrutable y equilibra la acción y la narrativa para atraer tanto a niños como a adultos. Un aspecto destacable de esta sección es la animación de la película. Tiene un estilo que remite mucho a lo oriental, pero sin perder esa parte occidental que hoy en día nos gusta tanto. El diseño de personajes, el movimiento del cabello, los efectos en las peleas y la ambientación son totalmente inmersivos.
Calificación final:
‘Ultraman: El Ascenso‘ llega mañana a Netflix.