‘The Brutalist’: La enfermedad del sueño americano

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The Brutalist

“None are more hopelessly enslaved than those who falsely believe they are free”

La voz en off de Erzsébet Tóth (Felicity Jones) le advierte principalmente a la audiencia, y luego a su esposo László (Adrien Brody), puesto que esta es el contenido de una carta que el protagonista recibe recién después de su llegada a América, que es donde comienza ‘The Brutalist’. Esta no es la única forma en la que Brady Corbet manipula el tiempo y los sucesos de sus personajes en esta fábula sobre la enfermedad del sueño americano.

Para empezar, Corbet va entregándonos información sobre László Tóth poco a poco. Vemos su atención al detalle desde el principio, pero pasa un tiempo para saber que era un renombrado arquitecto húngaro y judío, antes de sobrevivir al campo de concentración de Buchenwald. Lo que está claro es que una vez en Filadelfia, reunido con su primo Attila (Alessandro Nivola)—quien, completamente asimilado al estilo de vida norteamericano, ha cambiado su apellido y se casó con una mujer católica—László pasa a ser una suerte de mercancía o artículo que ahora es parte de la tienda de muebles de Attila.

La situación se complica una vez que László entró en contacto con la familia Van Buren, cuya fortuna industrialista se originó en la guerra. Primero con Harry (Joe Alwyn), un engreído e inseguro heredero que le encarga a László el diseño de una biblioteca para su padre Harrison (Guy Pearce), pero que, al ver la reacción negativa de este, decide no cumplir con el pago del proyecto ya terminado.

Lo que es solo un presagio más en la película, ya que el esnob y malvado Harrison Van Buren reingresa a la vida de László; una vez enterado de su prestigio como arquitecto previo a la guerra y busca conectar con su genialidad artística ofreciéndole dirigir un proyecto de gran escala y apoyándolo para que se reúna con Erzsébet y su sobrina Zsófia (Raffey Cassidy).

The Brutalist
Cortesía de Universal Pictures México.

De esta forma, la historia de ‘The Brutalist se desarrolla en la terrible esperanza de László de creerse libre de una prisión para pasar a otra. Desplazado de su hogar, su vida y sus recuerdos, intenta encontrarle sentido a su vida en Norteamérica; primero en el hogar de su primo para terminar conviviendo con los Van Buren y sus amigos, sabiendo que todos quienes lo han recibido en Norteamérica no lo ven más que como un mendigo, un vagabundo o un invitado que siempre está al borde de vencer la cortesía de sus anfitriones.

Corbet—en un guion escrito junto a Mona Fastvold—desarrolla este drama de manera progresiva, con pequeñas revelaciones o gestos y palabras de sus personajes, lo que hace la película una verdadera odisea, tanto visual como emocional. Por ejemplo, un elemento importante en la pérdida de control y libertad de László es su adicción a la heroína. Es recién en el último tramo de la película en el que sabemos que fue en el barco de camino a Norteamérica donde le ofrecieron droga, como si su suerte hubiera estado echada desde antes de que lo conociéramos.

Por otro lado, es fascinante observar los intercambios de Van Buren con los Tóth. László y Erzsébet son personas orgullosas de lo que son, de sus talentos y sus capacidades, pero en una sociedad infectada por la codicia y la ambición material, ese orgullo insulta a gente como Harrison Van Buren, cuyo orgullo proviene de sus posesiones materiales y cuyo único talento es el vulgar acto de hacer dinero.

The Brutalist
Cortesía de Universal Pictures México.

En la superficie, ‘The Brutalist confronta el arte y el artista contra el poder y el privilegio, desde una experiencia visual y sonora sobre la construcción, lesión y destrucción de los cuerpos y materiales. Pero es también un relato sobre el marginado, el inmigrante. No hay idealismo en László y Erzsébet, dos personas educadas y talentosas que tienen que conformarse con poco para sobrevivir y aceptar abusos y violencia mientras reconstruyen su vida tras la guerra.

Pero es el mantenerse unidos—primero en el dolor físico y en el trauma que les dejó la guerra, y finalmente en la necesidad de sobreponerse a la enfermedad del sueño americano, que los convirtió, para los demás, en bienes intercambiables y desechables—lo que logra que ‘The Brutalist sea una historia que trasciende y se eleva, más allá del cinismo y la desesperanza.

Calificación: ⭐️⭐️⭐️ 1/2

The Brutalist‘ se estrenó en cines de Estados Unidos en Diciembre. La película nominada a 10 premios Óscar llego a carteleras de Latinoamérica, cortesía de Universal Pictures México.

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