‘La lección de piano’ – El dolor es el precio del pasado
Las acciones del pasado resuenan a lo largo de la eternidad. En el corazón de Pittsburgh, en 1936, un piano familiar se convierte en el epicentro de una lucha interna entre dos hermanos, Boy Willie Charles (John David Washington) y Berniece Charles (Danielle Deadwyller), años después la muerte de su padre (Stephan James), víctima de un crimen de odio racial causado por ese mismo instrumento. Mientras uno desea venderlo para cumplir el sueño de su difunto padre de comprar tierras en el sur, la otra se aferra a él como un símbolo del doloroso legado de su familia. En esta nueva adaptación de la obra de August Wilson, dirigida por Michael Washington (su debut como director), el piano no es solo un objeto sin vida, se convierte en un personaje con palpables de heridas del pasado y que batalla con estas.
Ambos hermanos ven al piano de la misma manera: un recordatorio del legado familiar, el dolor de la esclavitud y el recuerdo de sus progenitores. En el piano se tallaron las caras de sus antepasados, edificadas por el bisabuelo de ambos, cuando él todavía vivía de esclavo en una plantación, usando sus habilidades como tallador de madera para mantener la identidad de su familia, su esposa y su hijo que fueron arrebatados cuando Sutter (Jay Peterson), el esclavista, los intercambió a cambio de tal instrumento.
Está nueva adaptación de ‘La lección de piano’ es apenas la tercera versión cinematográfica (cuarta si tomamos en cuenta el telefilme de ‘La lección de piano’ en 1995 por parte CBS) del ciclo de 10 obras de August Wilson conocido mundialmente como ‘El Ciclo de Pittsburgh’, tras la ganadora de 2 premios Óscares ‘Ma Rainey’s Black Bottom’ (George C. Wolfe, 2020) de Netflix y la ganadora de 1 premio Óscar ‘Fences’ (Denzel Washington, 2016) de Paramount. Washington y Deadwyller lideran el elenco con Samuel L. Jackson (Doaker Charles), Michael Potts (Wining Boy), Ray Fisher (Lymon Jackson), Corey Hawkins (Avery Brown) y Skylar Aleece Smith (Maretha Charles) en papeles secundarios.
Si hay algo que nos queda claro en el debut cinematográfico de Malcolm Washington es que su llamado se encuentra en la dirección de actores, no solo por el reparto que consiguió para esta película, sino también por la manera en que este filme desborda con elegancia actoral. Cada personaje del reparto principal tiene un momento para brillar y mostrar el peso con el que cargan en sus vidas. Doaker y Wining Boy viven pensando en cómo ayudaron a su hermano mayor a robar el piano familiar, la causa de su muerte, la razón por la que se alejaron lo más posible del sur hacia un nuevo hogar, donde nada es familiar, donde nadie es conocido.
Lymon también lidia con sus errores del pasado, menciona que nada parece funcionar para él y cómo, a pesar de que no le cuesta nada abandonar su hogar, es pesado, que se sienta inútil en cualquier lado al que vaya. Avery es un hombre de Dios sin nada para demostrarlo más allá que su fe, como un payaso sin circo o un metalúrgico sin herramientas, también es un hombre que se encuentra perdido en el mundo frente a él. Estos personajes, junto con Boy Willie y Berniece deambulan por la casa de Doaker, el set central del filme, como fantasmas sin rumbo, almas atrapadas en la tierra solamente por la carga en sus hombros.
‘La lección de piano’ no es una película que le tema a las referencias sobrenaturales. Al final del día esto es un relato gótico estadounidense, proyectado en pantalla por la fotografía tan llena de momentos oscuros, presentes en escenas, así como en las sombras del pasado, por Mike Gioulakis, más conocido por su trabajo en ‘Nosotros’ (Jordan Peele, 2019) y ‘Viejos’ (M. Night Shyamalan, 2021), así como por medio de la narrativa donde fantasmas acechan la casa donde estos personajes habitan. El filme se enfoca en el pasado familiar de Boy Willie y Berniece. El piano sirve como un recordatorio para ellos del intercambio de sangre que hubo para obtenerlo: su legado familiar a cambio de la vida de su padre.
Todo gira en torno a ese objeto. Ese instrumento, que sirve no solo para tocar melodías que recuerdan al nostálgico ayer o que suenan al indescifrable futuro, también es una puerta al dolor de esta familia. La existencia de este piano genera más de una crisis dentro de la película. Más allá de la crisis económica de Boy Willie quien busca vender el piano para obtener tierra y cumplir el sueño de su difunto padre o la de Berniece, quien recuerda las veces que tenía que tocarlo para humedecer el corazón reseco y roto de su viuda madre, memorias que los edifican como los adultos que son ahora. Washington y Deadwyller interpretan al par de hermanos con sus respectivas grandilocuencias.
El actor de ‘Infiltrado en el clan‘, al hacer de un personaje con una actitud más grande que la vida misma, usa los momentos más callados del personaje para darle otro nivel, sus momentos de silencios son dolorosos y forzados como si el personaje hablara tan fuerte y con tantas palabras para mantener callado algo que se enciende en su interior si mantiene su lengua inerte. Probablemente, sea el mejor trabajo de Washington a la fecha al saber adaptar una actuación al cine sin perder los elementos más teatrales de esta, ya sean sus arrebatos de enojo, su personalidad tan sardónica y fuera de lugar o su lenguaje físico extravagante.
La presencia del actor convierte a su personaje en alguien que está fuera de lugar, no solo por su presencia en la narrativa, en una casa ajena en medio de un ambiente que lo desconoce, también por el gran contraste que tiene con los demás personajes.
Mientras tanto, Deadwyller maneja a Bernice como un personaje más reservado. Una viuda en duelo todavía, respetuosa de las tradiciones sociales que la han llevado a donde está y, a diferencia de Boy Willie, consciente de su posición en el mundo. El personaje se siente como una mujer de su tiempo, tal vez un poco más conservadora, al mantener ciertos estandartes conservadores, los cuales cuentan más de lo que uno podría imaginar sobre la mujer. Ella solamente intensifica sus acciones, emociones y reacciones, acordes a lo que suceda con su hermano.
La actriz de ‘Till: justicia para mi hijo’ crea un desarrollo perfecto para el personaje, alguien cuya crisis interna crece poco a poco conforme la historia avanza. La razón por la que no vende el piano es por el peso del pesado, misma razón por la que el personaje de Washington busca venderlo, aunque ella quiere retenerlo para quedarse en el pasado y vivir con los fantasmas que no puede dejar ir.
Malcolm Washington crea una atmósfera a momentos siniestra y siempre íntima sobre el dolor que aflige de manera intergeneracional a una familia. La pequeña Maretha, quien es la más alejada de todos los eventos alrededor del piano, sufre las consecuencias sobrenaturales del instrumento poseído por los fantasmas del pasado, inclusive Avery sufre de una crisis de fe al enfrentarse a los horrores que esconde este maldito legado familiar.
Como alguien no familiar con el material adaptado, sentí una grata sorpresa al ver la manera en que la película hace la transición de drama familiar a evento sobrenatural de una manera tan precisa. Por otro lado, aquel quien se dé cuenta de las influencias góticas en este filme (más allá de los fantasmas, el énfasis en el espacio doméstico y en la invasión del pasado en el presente de los personajes son unos ejemplos) podrá entender hacia dónde irá la narrativa desde un principio.
‘La lección de piano’ no es una película que vaya a reinventar la rueda. Hay historias que no necesitan actualizarse, solo necesitan que una voz nueva les dé vida. En el caso de esta adaptación cinemática de August Wilson, tanto el director como el reparto se ponen al mismo nivel que el material y se toman en serio la tarea de volver a tocar las teclas musicales de este viejo y embrujado piano lleno de dolor y sufrimiento.
Calificación:
‘La lección de piano’ llegó a Netflix el pasado 22 de Noviembre. La película tuvo un estreno limitado en cines de USA a principios de Noviembre.