‘Emilia Pérez’ – La desconexión cultural de Emilia Pérez
En una película como Emilia Pérez, resulta muy evidente que casi ningún mexicano real está participando en la producción. El director es francés, los guionistas son franceses, los productores son franceses. La película no fue filmada en México, e incluso luchan por lograr acentos mexicanos auténticos en la película. Es tan irrespetuosa como te puedes imaginar, pero lo peor de todo es que el director intenta crear una película conmovedora a partir de una serie de tramas genéricas que simplemente no logran ofrecer nada más que un resultado melodramático, superficial y ofensivo.
Emilia Pérez es una película sobre México, pero sin ninguna identidad mexicana real. Es una historia que explora el problema más urgente de México en la actualidad, que son las desapariciones forzadas y la cultura del narco, pero sin ofrecer ninguna profundidad en su representación. Casi parece una broma; en un momento, las familias de las víctimas se reúnen con el exlíder de un cartel para llorar a sus seres queridos, y se siente como una gran bofetada para todos. Carece de sensibilidad, pero ¿Qué se puede esperar de un guion sin alma?
El personaje de Zoe Saldaña, Rita, abre la película criticando al sistema corrupto mientras ayuda a uno de sus clientes a ganar un caso judicial en el que presuntamente asesinó a su esposa, pero quieren hacerlo pasar como un suicidio. Esto se siente como un inicio muy impactante, que de inmediato parece establecer un arco prometedor para Rita. Sin embargo, ni siquiera pasan diez minutos y ya está trabajando para el cartel sin ningún dilema moral, y la historia nunca cuestiona cómo se siente ella al trabajar para alguien que causa tanta violencia. Además, cuando conocemos a Manitas, esta recurre a la exposición para transmitir su necesidad de usar la transición como una solución “fácil” en lugar de permitir que la trama lo explore visualmente.
Manitas se convierte en Emilia, y hay indicios de un arco muy conmovedor y emocionalmente complejo, pero al mismo tiempo, el guion arruina de inmediato cualquier posibilidad de desarrollar algo convincente. Emilia menciona que piensa en todo lo que ha causado, pero nunca vuelve a ello. En cambio, regresa a México y comienza a ayudar a las familias de las víctimas de desapariciones forzadas a encontrar los cuerpos de sus seres queridos. Organiza una campaña para dar visibilidad a la situación horrenda y recluta a quienes están en el sistema corrupto, del que tanto se quejaba Rita en la primera secuencia.
De nuevo, esto es una premisa muy prometedora, pero la historia abandona la trama después de unos minutos, como si fuera algo desechable, haciendo que parezca una broma, y luego se centra en una historia de amor mal desarrollada entre Selena Gomez —con su terrible acento — y un amante suyo, mientras Emilia intenta obtener la custodia de sus hijos. La película intenta ser todo a la vez, pero no hay cohesión, al punto de que, por un momento, se puede olvidar que Selena Gomez está allí, y después de la mitad de la película, Rita se vuelve casi innecesaria para el guion, dada su pasividad.
El final es increíblemente apresurado, ya que Emilia es secuestrada por las mismas personas a las que intentó asustar, y hay intentos de reconciliación entre dos de los personajes principales mientras el tercero observa. Nuevamente, el impacto de la historia se ve obstaculizado por un guion que no sabe qué quiere explorar. Todo se siente insensible, como una broma, pero es todo lo que se puede esperar de alguien que tiene muy poco interés en explorar la cultura mexicana, profundamente arraigada en el machismo, y, oh, sorpresa, esto apenas está presente en la historia.
En cuanto a los aspectos musicales, hay elementos prometedores y ambiciosos, y algunas canciones son realmente entretenidas. Sin embargo, también se sienten como si pudieran pertenecer a cualquier otro género musical genérico, lo que hace que uno se pregunte por qué no hay más elementos de música mexicana. Al menos habría hecho que el aspecto musical fuera más auténtico en relación con el entorno de la historia. Sí, algunas canciones son prometedoras y dan de qué hablar, pero ¿realmente son auténticas para la historia? ¿Realmente representan el entorno en el que estos personajes navegan? Es una oportunidad perdida para explorar más la cultura mexicana.
Hay algo de arte que admirar, y es una película muy ambiciosa que explora México, pero muestra muy poco deseo de representar la realidad del país con cuidado, respeto y, lo más importante, una comprensión real de todo lo que afecta en gran medida al país. El mercado cinematográfico de México está saturado de películas sobre la cultura del narco, y algunas excelentes la exploran con autenticidad y la seriedad que merece, como Sujo de este año. Es dolorosamente irritante que Emilia Pérez obtenga la mayor visibilidad debido a su gran alcance – elevado mayormente por críticos blancos – y crew internacional.
Calificación final:
‘Emilia Pérez‘ llega a Netflix en territorios seleccionados el 13 de Noviembre. La película tendrá su estreno en cines en México y Latinoamérica en 2025, cortesía de Zima Entertainment.